Vivo en una jaula de cristal transparente, imperceptible, pequeña. Cada vez que me muevo, se mueve conmigo. Me asfixia, me agobia. No me deja respirar. Pero nadie la ve, me toman por loco, mas aún se que es por vosotros por lo que tal jaula existe y me encierra. Desde pequeño me la habéis fabricado a medida y ligera para que no la notase hasta que no fuese necesario. Es parte de mi. Esa maldita jaula tiene candado y en mi interior se halla la llave pero bien sabéis que nunca echaré mano de ella. Es mi jaula, mi espacio, no sabría vivir fuera de ella. A veces, sólo a veces, entra un poco de aire de fuera. Ese aire, hace que aquí dentro me sienta como muerto en vida. Por mucho que camine, es dentro de mi jaula. Por mucho que avance, siempre me acompaña .
Cada nuevo amanecer guarda una nueva oportunidad, una nueva vida de 24 horas de duración perseguida por el anochecer. Vas a contrareloj y sin aliento. Ahora imagina que es la última vez que ves salir el sol, que cada segundo se te escapa sin tan si quiera poder verlo...bienvenido a mi día a día.