Mirando al techo, comiendo techo, sangrando. Pensando. Silencio. Pensamientos en el paredón de mi cabeza, todos acribillados, de luto toda esperanza, todo pasa rápido, en mi, lento y es un drama que jamás se acaba al despertar en cama a la siguiente mañana.
Cada nuevo amanecer guarda una nueva oportunidad, una nueva vida de 24 horas de duración perseguida por el anochecer. Vas a contrareloj y sin aliento. Ahora imagina que es la última vez que ves salir el sol, que cada segundo se te escapa sin tan si quiera poder verlo...bienvenido a mi día a día.