Si he vuelto, no ha sido para quedarme. Nacemos muertos. Es pesada carga, es como ver el final de la película todo el día, toda la semana, toda la vida, hasta que termina. Y eso apaga, quita toda la gana de nada. De todo. Pero hay que sonreír, vivir, respirar, inhalar aire y exhalar ganas de comerse cada mañana. ¿No es así? ¿Para luego qué? Para que el resto del tiempo te carcoman los mismos miedos, para que el aire que te da la vida te queme luego por dentro. Siempre a destiempo, a pie cambiado, perdido. A nada encuentro sentido mas, ¿Lo tiene a caso? Qué importa eso, si siempre que tiro la moneda sale canto y cuando no, sale todo lo contrario.
Cada nuevo amanecer guarda una nueva oportunidad, una nueva vida de 24 horas de duración perseguida por el anochecer. Vas a contrareloj y sin aliento. Ahora imagina que es la última vez que ves salir el sol, que cada segundo se te escapa sin tan si quiera poder verlo...bienvenido a mi día a día.