(El presente texto aparece escrito por primera vez por mi en el blog de musicafeinomano, en el cual aún lo podéis encontrar, pero quería tenerlo aquí también)
"He sido un idiota toda mi vida, me he dejado mangonear
siempre por todos y jamás he llegado a ser feliz".
Me vi reflejado en sus palabras con la misma nitidez con la
que sus ojos cansados me miraban mientras me lo decía.
Una voz muy profunda me susurraba mientras me decía aquello
y tenía razón, en no muchos años me veré así. Seré alguien que por hacer caso a
los demás, no hace lo que realmente quiere
cuando encima el resto solo buscan pasarte por encima sin ningún
miramiento.
Me da mucho miedo.
El tiempo pone a cada uno en su lugar. A el, con 88 años, el
tiempo le ha pasado la factura. De trabajar tanto, casi no puede ni andar. De
ir de aquí para allá mandado por cualquiera, se siente un desgraciado. Cada vez
que me lo dice, frunce el ceño con rabia, como con ganas de retroceder en el
tiempo y mandar a todos a la mierda para encontrar su propia felicidad. !Qué
injusta es la vida para las buenas personas¡
No quiero acabar así (o sí).
Cierto es, que no se decir que no, que la felicidad de los
demás me importa mas que la mía y me preocupo más por lo que me rodea que por
lo que pasa en mis entrañas. Tampoco se vivir de otra manera. El día de mañana
me sentiré un maldito muñeco de trapo viejo, usado y roto, muy roto...
Y me da pena, me da pena el verme tan identificado con una
persona que podría ser mi abuelo y no hacer nada por no acabar así, tan
asqueado de lo cobarde que he sido, de como me he dejado manipular, de como no
saber decir que no...me temo que en no muchos años, acabaré siendo el.
Pero tengo la cabeza vacía de metas, vacía de pretensiones.
Vacía de retos. Vacía de esa lucha interna que a tantos gusta por ser mejores y
superarse día a día.
Lo siento si no busco nada y vosotros sí. Igual soy vuestro
medio para conseguirlo y quizá, solo quizá todo se deba a que me gusta sentirme
un maldito puente...
Debería reflexionar, lo se. Pero después de mucho pensar y
darle vueltas a lo mismo, solo llego a una conclusión. No pertenezco al mundo
que me rodea. O mejor dicho, sí. Soy el aceite que engrana el mecanismo de esta
sociedad; lo que os permite avanzar y nunca parar, ni dejar de subir, ni dejar
de soñar...
DE NADA
Comentarios
Publicar un comentario