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Resaca emocional.

Aunque eres consciente de que tus fantasmas te persiguen y te atan al pasado, no quieres parar de avanzar. "Un paso más", te dices, con la seguridad de quien se cree inmortal. Pero no. No puedes más.  Has de parar, ¡por Dios! te volverás loco... esto no puede seguir así...
¿cómo si no?
Somos presos de nuestros miedos, de nuestros recuerdos y de nuestros "y si...". Muchas veces habrás querido tener amnesia temporal o vomitar toda esa pesada carga de una vez y muchas mas habrás querido parar en seco, dejar de sentir porque realmente, no puedes con todo  y querrás no parar de llorar, llorar en esa esquina húmeda, fría y oscura donde te debates continuamente entre caer o no levantarte jamás.
Decides avanzar. -los dos sabemos que esto no durará-
Pasan los días , cada vez duermes peor y eso no ayuda en absoluto. Vives grandes experiencias pero no puedes dejar de compararlas con aquellas que ya pasaron y no volverán. Te lo dije, te ibas a volver loco. Ya saluda en ti el nudo en el estómago, estas perdiendo el norte y solo han pasado veinticuatro horas desde que, valiente de ti, decidiste avanzar. Pero aquí tienes las consecuencias. Te sonríen desconocidos que quieren conocerte pero detrás de su sonrisa no están tus amigos y no puedes devolverles una sonrisa que lleva el nombre del pasado entre tus labios. Otro mazazo. Esto no puede seguir así... tienes un solo cuerpo pero parece que te desdoblas y luchas contigo mismo a cada segundo. Pasado contra presente. De manera continua. Joder, ¿cuando parará esta mierda?.
Pero el plato fuerte llega cuando, de repente, te cruzas con alguien que te hace latir de nuevo. Todo va fenomenal, tus fantasmas se han ido y vuelas libre. Nada más lejos de la realidad. Pasado el efecto placebo del amor, tus recuerdos vuelven a encadenarte...y comienza la tortura de nuevo. Su sonrisa te encanta pero no es igual. Sus besos saben mejor pero no es lo mismo. Sus cálidos abrazos den las noches de invierno, te encantan pero no son los mismos brazos, aunque tampoco puedes vivir sin estar entre ellos. Ahora dime, si aún no has cejado en tu intento de avanzar, ¿lo puedes soportar? No me respondas, solo hay que verte. Tus ojeras guardan lágrimas de noche, pagas un precio muy alto por aparentar que puedes con todo y puedes dar un paso más ¿No crees?
Al final, retrocederás, serás sincero contigo y compartirás tus miedos, mirarás al pasado a los ojos y le dirás que ya no puedes cambiar nada y que te deje en paz.
QUE TE DEJE EN PAZ.

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