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Coma, punto y aparte.

No se qué escribir a mil pies de altura
como tampoco sé que hago volando sin alas,
besando sin ganas,
sonriendo forzando la mirada
fijándola en todas partes menos ahí,
aquí,
ahora.
Creo que el corazón marca el ritmo
y yo solo lo sigo
con miedo a
perder el
compás.
Pensar,
actuar,
todo viene y yo solo hago que bailar
casi siempre mal,
sin poder corregir el paso que hizo pisar
mis ganas de volar
para quedarme aquí,
perdido en la inmensidad de la arena
sin ser capaz
jamás
de llegar al mar.

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